El aceite de oliva ha estado siempre en el epicentro de todos los usos y todas las dietas que se han llevado a cabo en la cuenca del mediterráneo a lo largo del tiempo. Desde hace mucho tiempo, al aceite de oliva se le atribuyen múltiples propiedades beneficiosas.
En la Antigua Grecia, el olivo era sagrado y el aceite de oliva se utilizaba para ungüentos, combustible, remedios medicinales y sagrados, etc. De hecho, el uso culinario del aceite de oliva se inició mucho tiempo después que otros de sus usos, tales como cosmético, religioso y medicinales.
La excelente composición de este zumo natural de aceitunas proporciona unos envidiables efectos beneficiosos para nuestra salud. El aceite de oliva contiene un alto porcentaje de ácido oleico (grasa monoinsaturada) y antioxidantes, como el hidroxitirosol, que no aparecen en otros aceites vegetales.
Ya por entonces, en la historia antigua, se denominaba al aceite de oliva como el oro del Mediterráneo, apodo que sigue teniendo a día de hoy. Sin embargo, no fue hasta el siglo pasado cuando la popularidad del aceite de oliva alcanzó niveles nunca antes conseguidos gracias al reconocimiento de sus propiedades y beneficios. Veamos cuáles son los usos medicinales del aceite de oliva.
Beneficios para la salud
El aceite de oliva tiene múltiples beneficios para la salud. Incluso, la Fundación Española del Corazón y muchas otras entidades oficiales recomiendan consumir a diario, al menos, dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra. Este superalimento, al ser un producto completamente natural, raramente causa reacciones alérgicas.
Su principal ventaja, y una de las más conocidas, es su papel protector cardiovascular. El aceite de oliva virgen extra es capaz de reducir el colesterol malo o LDL. Pero no solo eso, sino que también aumenta los niveles en sangre del colesterol bueno o HDL. De esta forma, el aceite de oliva es el mejor aliado para combatir el colesterol y todas las enfermedades que se pueden desarrollar, como presión arterial alta, arritmia, infarto de miocardio, enfermedades cardiovasculares y/o accidentes cerebrovasculares.
La baja incidencia de ciertas enfermedades cardiovasculares encuentra, en gran parte, su razón en el consumo del aceite de oliva. Determinados estudios recientes establecen que el consumo diario de aceite de oliva ayuda a la función cognitiva, previene accidentes cerebrovasculares, reduce el riesgo de diabetes y de obesidad y previene la osteoporosis y la artritis reumatoide.
Incluso, varios de estos estudios han encontrado propiedades anticancerígenas en el aceite de oliva. Así, este oro líquido ayuda a prevenir determinados tipos de cáncer asociados con el consumo de grasas saturadas y trans, como el cáncer de colon, el cáncer de próstata y el cáncer de mama.
Pero no solo por sus propiedades curativas es conocido el aceite de oliva; también es un perfecto humectante que regenera las células de la piel y suaviza la dermis. Se usa ampliamente en cosméticos, jabones, productos capilares y cremas cutáneas y de afeitar, además de ser el protagonista absoluto de los remedios naturales.
Sin embargo, y queremos recalcarlo, todo ello tiene su base científica en el contexto de mantener una vida saludable, con una dieta equilibrada y variada y el ejercicio físico diario, entre otros.
Usos medicinales del aceite de oliva
Hablar de los usos medicinales del aceite de oliva es hablar de una historia sin final, puesto que este alimento nunca deja de sorprendernos.
En el primer siglo de nuestra era, las hojas del olivo se mezclaban con aceite de oliva y con miel para cicatrizar las heridas. Plinio el Viejo, científico de la Roma Antigua, utilizaba el aceite de oliva para luchar contra las fiebres, las convulsiones tetánicas y el agotamiento muscular.
A día de hoy, se utiliza como complemento en determinados tratamientos de psoriasis y eczemas, ya que resulta ser un producto excelente en el cuidado e hidratación de la piel. Su potente acción emoliente ayuda a mantener la piel hidratada, tanto del cutis como del resto del cuerpo.
La acción antioxidante del aceite de oliva, además de proporcionar hidratación, contrarresta eficazmente la acción de los radicales libres externos, retrasando de esta manera la formación de arrugas y mejorando la apariencia general de la piel. Así, se convierte en un remedio natural perfecto para evitar las arrugas prematuras de la piel.
Incluso, el aceite de oliva se utiliza como ungüento para aliviar, calmar y curar irritaciones cutáneas y estrías. El aceite de oliva es un aceite bien tolerado por todo tipo de pieles, incluso las más sensibles. Todo ello sin olvidarnos del uso que se le proporciona al aceite de oliva para dar masajes y para desinflamar aquellas zonas del cuerpo más propensas a la retención de líquidos, como la barriga o las piernas.
El uso curativo y regenerador que siempre se le ha proporcionado al aceite de oliva hace que su uso llegue a extenderse hacia la prevención y el tratamiento de las estrías, además de ser capaz de eliminar cicatrices y quemaduras. También está recomendado en determinados tratamientos de acné. Incluso, las manchas que aparecen en nuestro cutis por una exposición excesiva al sol suelen rebajarse con la aplicación de aceite de oliva, aliviando la picazón y las molestias provocadas.
Y no solo nuestra piel se ve favorecida con la aplicación directa de aceite de oliva, también lo hacen nuestro cabello y uñas. La acción de los agentes externos debilita y perjudica la salud de nuestro cabello. La aplicación de aceite de oliva lo protege, lo hidrata y hace que se vea saludable y brillante. Igual que ocurre con nuestras manos, las cuales también se ven mejoradas al suavizar las cutículas y fortalecer las uñas.
El estómago y el aceite de oliva están muy ligados. Tanto es así que el aceite de oliva puede mejorar el tránsito intestinal, reducir la acidez gástrica y el estreñimiento. Es en este último caso cuando el aceite de oliva actúa como lubricante, reblandeciendo las heces y facilitando su expulsión. Además, es capaz de crear una especie de película protectora alrededor del estómago, reduciendo la acidez.
De todas formas, estos remedios caseros no sustituyen de ningún modo el trabajo de profesionales del ámbito de la salud. Antes de comenzar con cualquier tratamiento, recomendamos consultar con tu médico de cabecera. Aunque el aceite de oliva no suela tener contraindicaciones, es importante seguir los pasos que indica el médico.